La representante se refirió a la población de adultos mayores de nuestro país, informando que hay 11.000 personas con más de 65 años, de los cuales 2000 están por debajo del índice de pobreza, con jubilaciones de $15.000.
Muchos de nuestros abuelos, explicó, viven en soledad y con ingresos que no les permiten llevar una vida digna. Una buena alimentación es un aspecto vital y fundamental que repercute en su salud y el bienestar más básico de este sector de la sociedad. Su impacto trasciende al individuo e impacta en todo el sistema de salud y cuidados, interpelando a diario a toda la sociedad.
La integración intergeneracional de abuelos y niños es una forma noble y sustentable para que la sociedad conserve los valores de solidaridad y empatía, alejando a los mayores de la soledad y derramando su experiencia de vida a las nuevas generaciones, comentó la diputada.
Como compartió la legisladora, proponen una acción concreta, pequeña, realizable y escalable a todas las intendencias y municipios que lo soliciten. En el marco de las intendencias y organizaciones acreditadas para ofrecer la logística y distribución para repartir mensualmente una canasta básica de alimentos a cada pensionistas, que contendrá un kit de alimentos básicos. Dichos alimentos serán empacados en una caja debidamente diseñada e identificada, los productos no perecederos serán fraccionados y embolsados sin grifa (para que no tengan valor comercial).
Por otra parte, la diputada aclaró que, la única contrapartida que se les pedirá a los abuelos será compartir sus historias de vida con los niños de los CAIFs o escuelas más cercanas, y si por impedimentos físicos no pudiera trasladarse, podrá enviarlas en versión digital o en papel.
En nuestro país hay una gran cantidad de adultos mayores que necesitan ser integrados a la sociedad y a todos los niños les gusta escuchar sus historias, concluyó Echenique.