El edificio en que funciona el Poder Legislativo, conocido desde siempre como el Palacio Legislativo, es sin duda el ejemplo testimonial más importante que tiene el país, de una bella y equilibrada arquitectura neo-clásica, de fuerte inspiración griega en el conjunto de sus fachadas exteriores, de eficiente diseño funcional, y deslumbrante en la concepción de algunos de sus espacios interiores y en su decoración.