EL DIPUTADO RAÚL SANDER EN LA MEDIA HORA PREVIA DE LA SESIÓN ORDINARIA DEL MIÉRCOLES 14 DE DICIEMBRE

Cámara de Representantes
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El diputado comenzó su alocución refiriéndose a las fiestas navideñas, como se percibe, las personas comienzan a prepararse para estas celebraciones tradicionales, que en su gran mayoría son en familia, para compartir una mesa y disfrutar juntos. Para esto, muchos tendrán que viajar distancias considerables para reencontrarse con su familia paterna, ya que a pesar de haberse separado para formar su propia familia, muchos siguen sintiéndola su hogar. 

Como expuso el representante, es una ocasión especial donde nos damos cuenta del gran valor que tiene la familia, la declaración de los derechos humanos dice “la familia es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”. Esto está en consonancia con el artículo 40 de nuestra carta magna, que dice “la familia es la base de la sociedad, el Estado velará por su estabilidad moral y material para la mejor formación de los hijos dentro de la sociedad”. 

En el hogar es donde comienza el desarrollo de los hijos y la familia constituye un tempranero medio de control social, pero se hace necesario que la madre y el padre como iguales comprendan, acepten y cumplan el rol de educar y transmitir a sus hijos los principios rectores de la sociedad y los valores fundamentales para una convivencia pacífica y armoniosa, todo ello inculcado por medio del precepto y del ejemplo en un ambiente donde exista respeto y amor.

Según el representante, se ha dicho muchas veces que “una nación no puede ser más fuerte que las familias que la componen”, por eso es necesario cuidar y proteger esta institución haciendo que forme parte de la agenda pública en las organizaciones del Estado que correspondan. Es en el seno de la familia donde los hijos mejor pueden desarrollar una calidad de vida que tenga más que ver con el “ser” que con el “tener”, donde se aprende a trabajar en grupo, cuidándose los unos a los otros, a servir y ser servido, a dar y recibir, practicando la regla de oro: “no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros”. Es ahí donde mejor se aprenden los valores de la solidaridad, la honradez y la integridad y donde se ofrece lo mejor de cada uno sin esperar nada a cambio. El fracasar en estas responsabilidades nos lleva a los problemas que vemos a diario como la delincuencia juvenil, la violencia para resolver conflictos, la intolerancia hacia el diferente, las drogas, entre otros. El artículo 41 de la Constitución establece el cuidado y la educación de los hijos para que estos alcancen su plena capacidad corporal, intelectual y social es un deber y un derecho de los padres, disponiendo -la ley- las medidas necesarias para que sean protegidos contra el abandono y el abuso. Nos causa congoja escuchar las noticias de maltratos y abusos fundamentalmente a niños, niñas y mujeres, prácticas aborrecibles como las violaciones que causan un dolor inimaginable a las víctimas y dejan una profunda herida a sus familias. Hay que agotar todos los medios que se nos permita para erradicar esta pandemia, haciendo caer por medio de la justicia (a quienes perpetran estos actos) todo el peso de la ley. Invito a todos los representantes a hacer una reflexión sobre la importancia de la familia en nuestra sociedad, su rol para hacer de nuestro amado país un mejor lugar para vivir, concluyó Sander.