Rivera, Fructuoso

 

Ciudadanos Senadores y Representantes:

En este lugar augusto donde reside la Soberanía de los Pueblos, yo me presento hoy para recibir sobre mis débiles hombros la inmensa carga del Estado y la responsabilidad, anexa á los destinos públicos; yo conozco y lo confieso ante vosotros mismos, que no tengo ese caudal de luces y aptitudes para desempeñar un destino tan elevado; vosotros ya lo sabíais ciudadanos y sin embargo os habéis fijado en una persona de acuerdo sin duda con la voluntad general de vuestros Comitentes.

No me resta otra cosa que obedecer dócilmente los preceptos de mi Patria.

Yo me comprometo á emplear todos mis conatos para promover la dicha de esta tierra tan privilegiada por la naturaleza y que puede llegará á ser una de las más felices del nuevo mundo.

Contando, pues, con vuestras sabias deliberaciones, con vuestros saludables y con la cooperación de todos los Orientales, yo me resigno y acepto el mando supremo de la Nación, no por que me considere con la capacidad necesaria para promover su dicha y felicidad futura, sino por que siento en el fondo de mi corazón una disposición general hacia la fraternidad y unión de todos los miembros de esta gran familia.

Empecemos por reconocer que lo pasado ya no existe sino como un recuerdo útil para mejorar lo futuro. El pueblo Oriental y su Constitución, esta será nuestra divisa; con ella seremos fuertes, con ella seremos invencibles.

Año
1830
Presidente
Rivera, Fructuoso