EL DIPUTADO NELSON LARZÁBAL EN LA MEDIA HORA PREVIA DE LA SESIÓN ORDINARIA DEL MARTES 4 DE JULIO

Cámara de Representantes
Nelson Larzábal

El representante Nelson Larzábal expuso sobre los 50 años del golpe de Estado e hizo referencia a “Una persona que se comprometió y que luchó por los derechos humanos, antes, durante y después de la dictadura. Hoy 4 de julio se cumplen 53 años de que Luis Pérez Aguirre “Perico” fuera ordenado como sacerdote; su compromiso y su opción preferencial por los pobres, lo llevaron desde el principio a trabajar en áreas de riesgo, donde gente marginada, que no eran reconocidos sus derechos como personas, a las que él se refería como “las no personas”.

Su lucha por los derechos humanos en medio de la persecución y la represión, no fue más que su respuesta a un grito escuchado y sentido en carne propia. Un grito que puede ser compartido también por los no creyentes o por quienes no se identifican con la fe cristiana. Su opción preferencial por los pobres, siguiendo las reflexiones del sínodo de obispos de Puebla y de Medellín, así como la teología de la liberación, su compromiso con la promoción, defensa y educación en derechos humanos, lo llevó a organizar su vida desde esta visión”. Continuó expresando “los últimos 25 años de su vida que compartimos, los pasó acompañando a la comunidad de laicos del hogar “La huella” de la ciudad Las Piedras, compartiendo desde la más humilde y simple tarea, como preparar un pan con dulce para la merienda de los niños o cambiando pañales u ordeñando las vacas. Haciendo también el tiempo para celebrar las misas y acompañar en su vida personal a cada comunitario, leyendo y escribiendo libros con increíble visión, poniendo sobre la mesa temas como los derechos de las mujeres, sus luchas y sus reivindicaciones, o los temas ambientales tan poco visibles en aquellas décadas. 

Su vida transcurrió desde el hogar “La huella” hasta su cargo como alto Comisionado para los refugiados de la ONU, desde sus acciones en el SERPAJ, la Comisión para la paz o su memorables celebraciones eucarísticas.

La acción de “Perico” estaba impulsada por los sentimientos, por la ternura o por la pasión. “Algo repugna, algo indigna y revuelve las entrañas", decía ante la enorme riqueza acumulada por unos pocos y el llanto de dolor de millones de excluidos. 

Y decía entonces “siguen en pie más que nunca, la utopía de inventar y gestar una sociedad que sea incluyente de todos y no excluyente y olvidadiza de las mayorías.

Una sociedad, no basada en la apropiación privada e individualista, sino en la solidaridad”.

Y su consigna de vida, que tenía escrita detrás de la puerta de su cuarto, era una reflexión de Abbé Pierre “Ante cualquier sufrimiento humano, preocúpate. No solamente de solucionarlo en el acto, sino también de destruir sus causas.”

“Un amigo difícil, desde su compromiso político de vida, su mirada nos interpela, nos reclama ser radicales ante la injusticia y la desigualdad que generan la pobreza económica, social y cultural, que generan la exclusión y la miseria.

No pierdo el derecho, que tenemos los cristianos, de equivocarnos alguna vez a favor de los pobres, la iglesia siempre se ha equivocado a favor de los ricos. Exigimos tener el derecho de equivocarnos a favor de los pobres”. Dijo y escribió “Es la óptica de los derechos de los pobres, la que nos descubre nuevamente la fuerza y la buena noticia que encierran los evangelios”, concluyó el representante Larzábal.