Tuvo lugar hoy en el Despacho de la Presidencia de la Cámara de Representantes un acto con gran carga emocional en honor a la figura del General Líber Seregni, contextualizado a 35 años de su liberación y discurso desde el balcón con palabras de paz y profunda convicción democrática.
La Presidenta Cecilia Bottino y el reconocido artista Osvaldo Leite descubrieron un óleo de quien fuera uno de los fundadores primordiales del partido Frente Amplio y que, desde entonces permanecerá ilustre en el Despacho de la Presidencia.
Al hacer uso de la palabra, Bottino agradeció la presencia de quienes estuvieron presentes durante el homenaje e informó que se trata de un cuadro realizado durante la gestión del ex Presidente del Cuerpo, Jorge Gandini, y que fue cedido para su descubrimiento una vez asumida la titularidad por la Presidenta Bottino, quien entendió que hoy, 19 de marzo, es un día emblemático y simbólico para marcar la figura y trayectoria del General, aludiendo a “esa liberación, que fue marcando el fin de una época oscura”.
La Presidenta recordó al General Seregni junto a todos los presentes, destacando su inmenso legado, que fuera heredado por los miembros del partido que, junto a otros líderes, formó: el Frente Amplio. “El General es un emblema, por sus valores de ética y de construcción de unidad”, dijo.
Posteriormente, se cedió la palabra a los presentes, entre ellos al Presidente del Frente Amplio, Javier Miranda; la Senadora Mónica Xavier y el Sociólogo Agustín Canzani, quienes aportaron con recuerdos y memorias a la grandeza de la figura del General.
“El deseo es que el legado del General Líber Seregni esté presente día a día con nosotros y sepamos estar a la altura de ese legado que nos dejó”, concluyó la Presidenta Bottino, dando por finalizado el homenaje.
El General Líber Seregni fue liberado un 19 de marzo de 1984, diez años después de ser capturado luego de participar en la manifestación de la huelga general del 9 de julio de 1973.
En camino a su apartamento ubicado en la calle Bulevar Artigas, fue seguido por grupos de personas que se concentraban a su alrededor, dedicándole cantos a su liberación, alcanzando un número superior a dos mil personas, lo que resultó en el impulso a la proclama de su famoso discurso en el balcón.