El diputado Eduardo Lorenzo abordó el tema de la vida, habló de la implementación de la ley que refiere al uso de los desfibriladores externos automáticos, argumentando que tiene determinadas carencias la mencionada ley. Puso el ejemplo de que en 3 minutos de paro cardíaco (que es la enfermedad que lidera las muertes en Uruguay) si no hay una persona que sepa manejar el mencionado aparato comúnmente conocido como DEA, nos jugamos nuestros pronósticos de vida.
Lorenzo explicó que, para este tema se han implementado clases de instructores sobre resucitación cardíaca, pero no se han reglamentado las mismas, ni el protocolo, ni los registros , ni la fiscalización, ni la actualización, de quienes dan las clases de resucitación cardiopulmonar. Agregó que no hay una georeferenciación de dónde se encuentran los cardiodesfibriladores, si están cargados, controlados, y que personal está a cargo de los mismos, si están capacitados para su uso, etc.
“No existe sanción para aquellas instituciones que tienen el cardiodesfibrilador y no tienen el personal capacitado para su uso; ni tampoco existe sanción para aquellas instituciones que no tienen el cardiodesfibrilador”, explicó el diputado Lorenzo.
Continuó explicando que, se debería comunicar a AGESIC o al MSP que haga una lista de personas capacitadas para la función, actualizar el listado frecuentemente, y de esa forma se lograría tener las áreas cardioprotegidas.
“A partir de los 5 minutos del paro cardíaco, nuestras neuronas empiezan a disminuir en número hasta llegar a la muerte de las mismas, es por eso la importancia de las áreas cardioprotegidas”, agregó Eduardo Lorenzo.
Finalizó diciendo que, cuando llega la ambulancia, si se mantiene el corazón en actividad producto de un trabajo capacitado en la materia con el DEA correspondiente, el 60% de los paros cardíacos son recuperables y reanimables.