Se llevó a cabo en la sala Acuña de Figueroa del edificio José Artigas, el lanzamiento y la presentación del libro ¿Qué comemos?, organizado por la diputada Cristina Lustemberg. En la mesa principal, además de exponer la diputada Lustemberg, hicieron uso de la palabra el Dr. Gastón Ares, el Dr. Víctor Dayan, la Lic. Raquel Sánchez, y el Mag. Diego Rodríguez.
La diputada Lustemberg comenzó su oratoria agradeciendo por permitirle ser parte del lanzamiento del libro que lo considera una publicación fundamental. Felicitó a los autores del libro: Diego Rodríguez, Lucía Martínez y Raquel Sánchez, y a las organizaciones que hicieron posible esta publicación indispensable, refiriéndose a la "Alianza para el control de las Enfermedades No Transmisibles", el "Centro de Investigación para la Epidemia del Tabaquismo", la "Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas", y la organización "Consumidores y Usuarios Asociados".
"Este libro nos acerca la visión y experiencia de la sociedad civil, en las diferentes estrategias y acciones que se realizaron para avanzar en la defensa de los derechos a la salud y del consumidor, pero también nos relata la evolución histórica. El camino para alcanzar el etiquetado frontal de alimentos no ha sido fácil, después de avances y retrocesos, aún estamos bajo una normativa que modificó los parámetros que se habían propuesto inicialmente, de acuerdo con las recomendaciones de la OPS. Recordemos que en el año 2018, el Ministerio de Salud Pública elevó a la Comisión de Salud Pública de la Cámara de Senadores, un proyecto de ley sobre el Rotulado de los alimentos envasados en ausencia del cliente, librados al consumo en el territorio nacional. Mientras el proyecto iniciaba su curso parlamentario, se aprobó el Decreto 272/2018, que fue celebrado por varias organizaciones, y colocaba a Uruguay ,como el tercer país de América en adoptar el sistema de rotulado frontal de advertencias en alimentos. El Decreto concedía a las empresas un período de adaptación de 18 meses, y la entrada en vigencia estaba prevista para el 1° de marzo de 2020.
Una vez llegada la fecha, a través del Decreto 246/020, se prorrogó nuevamente hasta febrero de 2021, pero lo peor fue que, además, a partir del Decreto 034/2021 se establecieron importantes variaciones al Decreto original. Y otra vez -como parece que se ha vuelto costumbre- la salud de los uruguayos quedó relegada frente a los intereses económicos de la industria, porque fue el Ministerio de Industria quien informó y defendió los cambios en un Decreto que era de corte sanitario. Los cambios estuvieron focalizados en flexibilizar la normativa y volverla más “amigable” con la industria alimenticia. En el momento actual, entonces, las empresas de alimentos en Uruguay tienen la posibilidad de vender como productos libres de sellos a aquellos que contengan un 20% más de sodio, 30% más de azúcares, 45% más de grasas saturadas y 50% más de grasas totales, en porciones de 100 gramos o 100 mililitros", explicó la diputada Lustemberg.
La diputada Cristina Lustemberg se preguntaba y a su vez daba la respuesta: ¿Y a quienes perjudica más estos cambios?; a las niñas, niños y adolescentes, a las poblaciones más vulnerables. Citó las expresiones de la "Alianza para el control de las Enfermedades No Transmisibles": “Los principales productos beneficiados de esta flexibilización, serán aquellos con excesos de azúcares y grasas, en particular los productos lácteos y postres, que muchas veces son publicitados como saludables y con los cuales la Industria Alimentaria realiza una estrategia de marketing agresiva, dirigida a niños y niñas. Esta población será la principal destinataria de estos cambios, dado que muchos de esos productos dejarán de tener el etiquetado a pesar de seguir siendo igual de perjudiciales para su salud”.
En mayo del 2021, la diputada contó que ingresó un proyecto de ley a la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social de la Cámara de Representantes, sobre “Entornos alimentarios saludables”, que intenta ser más abarcativo que el rotulado frontal de alimentos y abordar los problemas desde una perspectiva integral. La finalidad del proyecto es la promoción de entornos alimentarios familiares, institucionales y comerciales, que contribuyan a la adopción y creación de hábitos saludables en la alimentación, con énfasis en la población infantil y adolescente.
Expresó Lustemberg: "Quienes me conocen, saben de mi constante preocupación por los niños, niñas y adolescentes, por la protección de su salud, de su crecimiento y desarrollo saludables. Por ello, entre los objetivos específicos del proyecto de ley, se encuentran la promoción de hábitos alimentarios saludables en la población, con énfasis en la infancia y la adolescencia, y reducir la exposición de la población infantil y adolescente a la publicidad de alimentos con exceso de azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio. Aún no se empezó a tratar en la Comisión, pero pensamos que entrará en el orden del día en los próximos meses".
Finalizó su exposición realizando una convocatoria, agradeciendo y recomendando la lectura del libro: "Y ahí convocaremos a todos los actores sociales, a todas las organizaciones civiles, científicas, a la academia, para aportar al proyecto y poder así avanzar en la aprobación de una ley que considere en forma integral el derecho a la alimentación saludable. Reitero mi felicitación y mi agradecimiento a los autores y a las organizaciones que apoyaron esta publicación, y recomiendo enfáticamente a todos su lectura, y su consulta sistemática en las circunstancias en que sea necesaria una revisión seria y responsable sobre estos temas".