El representante tituló su exposición como “Realojo de asentamientos con polémica en Canelones”.
El Gobierno Nacional asumió el compromiso de avanzar en el plan de realojo de asentamientos, y a su vez, evitar el surgimiento de nuevos establecimientos irregulares, en ambos casos con el trabajo en conjunto y coordinado con las intendencias departamentales de todo el país. Cuando decimos evitar, se trata de un artículo votado en la Rendición de Cuentas en este período, donde las intendencias deben controlar que no surjan nuevos asentamientos, sino tendrán que pagar, comenzó explicando Lereté.
En Canelones se recibió, el 1° de marzo del 2020, un total de 121 asentamientos distribuidos en todo el departamento, desde la Costa de Oro, las ciudades limítrofes con Montevideo, como es el caso de La Paz, Las Piedras, o parte del noreste canario, donde 70.000 personas viven en condiciones vulnerables, informó el diputado.
Como comentó el legislador, con el compromiso del país y los recursos votados en este parlamento, desde el Ministerio de Vivienda se comenzaron a ejecutar diversos programas en la materia, uno de ellos en la capital del departamento, con el realojo para 40 familias del asentamiento Esperanza (ubicado por Ruta 5, en los accesos a la capital de Canelones). La intendencia de Canelones aportó los predios en el denominado barrio Unión, zona de cooperativas y viviendas de clase media uruguaya, de trabajadores que vieron el desarrollo hacia el oeste de la ciudad. A fines de septiembre, los vecinos del barrio Unión se enteraron de la decisión de la intendencia por vías extraoficiales y pidieron una reunión con la Dirección de Vivienda en la Comuna, con el objetivo de lograr mayor información para iniciar el proceso de acercamiento, expuso Lereté.
El primer contacto no fue bueno -según explicaron los pobladores-, no sólo por la falta de información al respecto, sino por cierta arrogancia de los jerarcas de la Comuna, acotó el representante.
El 17 de octubre los vecinos del barrio Unión convocaron al diputado Lereté, y un rato antes de llegar a dicha convocatoria, se presenta todo el equipo completo de directores y personal de la Intendencia de Canelones en el lugar para explicar porqué habían seleccionado esas tierras y que todo había sido fruto de la participación e intercambio con los vecinos. El 90% de los presentes (de una asamblea realizada en la vía pública con algo más de 50 personas), desmintió en el acto la idea de participación o de consulta al respecto esbozada por el director de la Intendencia, allí los pobladores fueron claros y contundentes: “estamos a favor del realojo, queremos que los uruguayos mejoren, pero no nos pueden venir a decir acá ustedes que hubo un proceso cuando no existió”, informó el legislador. El mensaje también lo escucharon 2 ex diputados del Frente Amplio, hoy al servicio de la Intendencia de Canelones.
Como comentó el diputado, ese 17 de octubre nada salió en limpio, al menos favorable para encaminar el tema, él sugirió acercar el tema al Ministerio de Vivienda a través del coordinador de esa cartera.
El lunes 7 de noviembre, junto a más pobladores, ediles, un diputado de Cabildo Abierto y concejales del Frente Amplio, se intercambió en profundidad y se logró por parte de los vecinos una arista distinta que dejó planteado el tema en 2 líneas de acción: mantener el realojo tal como está planificado o que la Intendencia remita una alternativa de tierra al Ministerio de Vivienda que, según el legislador, ya adelantó el coordinador del mismo que sería de recibo.
Lo que está claro es que podrá haber dinero, buenas intenciones, planes, pero si no existe diálogo con los vecinos y coordinación es difícil poder avanzar en armonía en busca de cumplir un objetivo fundamental como es el realojo de los asentamientos. Mañana los vecinos vienen al Parlamento y ya pidieron una entrevista al Intendente, “la pelota está en la cancha de la Intendencia”, concluyó Lereté.