El representante hizo referencia en su exposición a un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) publicado el pasado 9 de marzo, correspondiente al año 2022. En el mismo hay un capítulo temático titulado “Análisis de la tendencia a legalizar el uso no médico del cannabis”. En Uruguay esta terminología de “cannabis de uso no médico” es lo que se entiende popularmente como “cannabis recreativo”.
Como explicó el legislador, el Parlamento uruguayo promulgó el 13 de diciembre de 2013 la Ley de regulación y control del cannabis, generando tres vías de acceso a la población: autocultivadores, clubes cannábicos y expendio de cannabis. Nuestro país fue el primero en el mundo en regularizar el cannabis de manera recreativa en el año 2013, posteriormente algunos estados de Estados Unidos también lo regularizan así como Canadá en el 2017 y Malta en el 2021. Los primeros lugares donde se promovió la legalización del consumo de cannabis con fines no médicos fueron jurisdicciones en donde ya se consideraba no penado el consumo personal y donde se habían implementado previamente programas de cannabis medicinal, algunos de esos programas estaban mal regulados, acotó el diputado, utilizando los dispensarios para crear en la práctica un mercado legal de cannabis para fines no médicos, despachando cannabis a cualquier persona que cumpliese con los amplios y arbitrarios criterios para definir el uso médico. Ante esta situación nuestro país optó por un cambio de paradigma, y convertir en derecho una situación de hecho. Sin embargo, el vicepresidente de la JIFE, César Arce Ríos, en una entrevista desde Nueva York, alerta a los estados miembros de la ONU que los procesos de legalización del cannabis recreativo no han logrado eliminar en su totalidad los mercados ilícitos, sin embargo, explica Reyes, de esa información cabe destacar que en el proceso de regularización en Uruguay (según el mismo informe), se logró regularizar el 50% del mercado existente, cifra que es muy alentadora, acotó el legislador, ya que se espera para el 2030 tener casi todo el mercado regulado.
Como destacó el representante, no hay delegación internacional que venga a Uruguay, que no quiera conocer este proceso y que incluso venga expresamente a esa tarea. Nuestro prestigio se debe a la convicción de que el proceso prohibicionista está agotado, es una guerra que se está perdiendo en el mundo.
Según Reyes, es un llamado de atención para revisar las convenciones sobre estupefacientes y drogas, se van a cumplir 10 años de este proceso y los hechos lo comprueban, ya que se le ha quitado un 50% del mercado al narcotráfico.
“Urge generar un diálogo nacional, potenciando las vías de acceso, seguir generando espacios para la investigación y el conocimiento, es necesario que se fortalezca el IRCCA a través de sus órganos consultivos y también se debe convocar al Consejo Nacional Honorario”, destacó el legislador.
Finalizando, el diputado recalcó que para conmemorar estos 10 años el Parlamento debería tener una Comisión Especial de Cannabis para tratar todos los temas relacionados al mismo.